T01E31 - Venezuela, todo es luz

Ayer mi hija me pidió que la acompañara a la sala porque estaba oscura. Yo le dije: “Nena, la oscuridad no existe. Todo es luz”.

Yo opino que la maldad no existe. Es ignorancia. Es el conocimiento de uno mismo lo que nos eleva, lo que nos hace capaces de obras grandiosas.

Cuando ignoras que lo que haces a otros, te lo haces a ti mismo, actúas sin importarte el impacto que tus acciones tienen en los demás. Hacer daño, obrar mal, producto o no de tu ignorancia, te convierte en una mala persona.

Mientras más te identifiques con lo que haces, más te conviertes en ello.

Es muy fácil odiar, dejarse llevar por la rabia, la arrechera, como decimos en Venezuela. Reaccionar emocionalmente le resta efectividad a nuestras decisiones y acciones. Hay que ser inteligente.

En el 2014 estando en Venezuela, como muchos, me fui a las calles a protestar y me agarró la policía represiva. Pasé por un proceso judicial que me drenó financiera y emocionalmente. Afortunadamente salí ileso y tuve mucha ayuda de mi entorno.

Con el pasar del tiempo entendí que esa no había sido la mejor respuesta que podía haber dado, pero definitivamente la que me hizo aprender lo que no hubiese podido aprender de otra forma.

Yo también odio, yo también tengo arrechera. Porque lo que nos han hecho no tiene nombre. Solo que hoy sé que desde ahí no voy a resolver nada.

Convertí a mis victimarios en maestros y yo en vez de ser una víctima, soy un aprendiz. Me propuse combatir la mediocridad, el conformismo y la auto-indulgencia de otra forma: siendo ingobernable.

Quiero que sepas que aunque me encuentre a 8000 kilómetros de distancia, estoy contigo, pisando el asfalto, respirando para no llorar.

Que el amor divino nos acompañe en nuestro triunfante camino hacia la libertad.

Te amo Venezuela.

Un abrazo digital desde lo remoto

Ronye